"Tranquila, todo va a estar bien",
esas fueron las últimas palabras que logré oír antes de que el sol saliera ante mis ojos,
de frente a un cuerpo extraño y obsoleto...
La mañana era calurosa y más aún entre los temblores del cuerpo,
un aire impalpable lo invadía todo de una precoz locura,
de un insolente acto,
dejando de lado los recuerdos que retuercen y amargan,
esa mañana nada importaba,
nada
excepto el sol
y su dedo acusador, los árboles y sus ramas mediocres que se burlan del resto!!!
Tomé mi bolso y salí, caminé sin importar nada...
no hay nada.