domingo, 19 de octubre de 2008


Nunca quize ser la mujer perfecta, amada, admirada, esa mujer que todos desean, nunca quize eso para mi, no, yo siempre he querido ser tal como soy, distinta, desquiciada, ser una mujer que en vez de escribir poesía cursi vómita las letras que lees en estos momentos, una mujer sin culpas, sin mochilas de piedras en la espalda, nunca he querido amar hasta morir, hasta el infinito y mas allá, nunca quize ser una mujer tipo maquinita de esas que les arrojan cien pesos y bailan sin fin hasta que la noche cae, no, eso no es y nunca será para mi...


Sólo soy parte de una comedia, de un absurdo teatro, pero me agrada, soy maldita, demente, arrogante, de vida tragicómica, inestable emocionalmente, adorable, odiada ja!...

Y lo que quiero me lo reservo, no sé, quizás alguna mosca esté rondando y la verdad es que odio las moscas...

Por ahora seguiré con la sonrisa perseverante, sin mirar hacia atrás, sin fracasar en esta búsqueda repentina que me llena y me hace explotar en un sin fin de emociones mas bien clandestinas, de esas de bajo fondo que la noche trae consigo.



Cindy, tu me entiendes jaja

jueves, 16 de octubre de 2008

Soy




Soy de esas que caminan sin pensar en el viento y sus consecuencias,
De esas que no sueñan con el futuro, por estar pendientes del maldito día a día y sus cambios climáticos, soy de esas que a veces no duermen en la noche pensando en las muertes constantes de sujetos que se descuartizan a si mismos, como buscando algo mas que agonías perpetuas, sangrando por los ojos y llorando al barro que consume las bocas que se entorpecen al probar el sudor en decadencia, sin mesura, sin apartar los cabellos para sonrojarse, sin llorar al día siguiente la despedida de un momento distante que se repite al caer la noche, tengo malos pensamientos en el cerebro y mis manos caen como descascarándose en un ir y venir de amargura alegre que oprime y condena, soy de esas que sienten miedo, de aquellas que se beben la noche completa sin pensar en consecuencia alguna, es que no tengo nada mas que hacer, nada mas que quedarme con el hielo que cae de sus ojos lapidarios mientras el placer se condensa cada día un poco más, soy aquella que monta su bicicleta sin precaución, con la música a todo volumen, de las que pasan por sobre los vidrios a un costado de la acera, mientras a lo lejos las avenidas vomitan, mientras los niños se retuercen por el dolor ocasionado por los columpios eternos que intentan frenarse a si mismos, como buscando un lugar en donde el viento y los empujones ya no les fatiguen las ansias de estar quietos aunque sea una tarde completa, soy de esas que acarician un rostro sin ojos, sin palabras, de esas que sucumben ante tanta impaciencia, ante tanto polvo, ante tanto tango suicida, en una marcha fúnebre de dolor amargo donde todos lloran los pesares del pasado, del pecado, del fracaso que oscurece la vida misma, el propio infierno florido que se lleva a cuestas en la sien sangrante, soy…